La Ciencia Detrás de Abrazar a Tus Hijos: 5 Beneficios para Ti y Tu Hijo

Traducido por Macarena Jorquera Coros

Nunca olvidas la primera vez que abrazas a tu hijo. Tenerlo en tus brazos y sentir el calor de su cuerpo es una experiencia maravillosa ¡No hay nada que se le compare! ¿Pero sabías que según la ciencia hay más beneficios además de ese cálido bienestar? Es cierto.

Ocurre que esa sensación de confort está ligada a cambios positivos físicos y mentales en nuestros cuerpos. Es esencial para el desarrollo emocional, cognitivo y físico de tu hijo. Veamos cinco beneficios probados científicamente de abrazar a tu hijo.

 1. ABRAZARLOS VUELVE A LOS NIÑOS MÁS INTELIGENTES 

A medida que sus cerebros crecen y se desarrollan, los niños necesitan una gran cantidad de estimulación sensorial. Los estudios muestran que infantes en orfanatos donde raras veces los abrazaban tienen severos déficits cognitivos. Sin embargo, cuando lo hacían a diario por sólo 20 minutos durante 10 semanas, sus puntajes eran mayores en evaluaciones de desarrollo cognitivo.

 

Debido a que los recién nacidos primero aprenden a conocer el mundo a través del tacto, el contacto físico como el abrazo o estar piel con piel es crucial para su crecimiento. De nuestros cinco sentidos, el tacto es el primero en desarrollarse, por lo que acariciarlos entrega la estimulación necesaria para que los cerebros jóvenes tengan un crecimiento y desarrollo normal.

A medida que tu bebé crece, continuará beneficiándose del recibir y entregar afecto físico. Una investigación revela que los niños que reciben más abrazos tienen cerebros más desarrollados

2. ABRAZAR MANTIENE A TUS HIJOS SANOS

Los niños necesitan más que sólo una adecuada cantidad de nutrientes para crecer. Si están carentes de contacto físico, sus cuerpos no podrán alcanzar los objetivos esperados para su crecimiento. Esto puede contribuir a una condición llamada falla de crecimiento. Pero cuando se les da abrazos con cariño, los niños pueden pasar muy rápido de enfermos a saludables.

 

La ciencia de esto: el abrazo desencadena la liberación de oxitocina, una hormona asociada a la confianza, seguridad y amor. Cuando esta hormona se libera, también estimula hormonas del crecimiento especiales. Mientras que los investigadores continúan estudiando el complejo efecto de la oxitocina en el cuerpo, es bastante claro que la liberación de esta hormona en nuestros cuerpos ayuda al desarrollo físico desde temprana edad. 

3. ABRAZAR PUEDE DETENER RABIETAS

Los abrazos no sólo son buenos para el desarrollo cognitivo y el crecimiento físico, sino que también ayudan al crecimiento emocional. Nada calma más rápido el llanto de un niño con la rodilla raspada que un cálido abrazo de un adulto que los quiera.    

 

Además, los abrazos son la forma más efectiva de detener una rabieta. A muchos adultos les preocupa que si abrazan a un niño con berrinche le reforzarán el mal comportamiento. Pero esto es un mito. Cuando un infante tiene una rabieta emocional, libera emociones en respuesta a algo a su alrededor. No está siendo terco ni tampoco está tratando de arruinar el día a otros.   

 

Los niños pierden el control de sus emociones, al igual que a veces lo hacen los adultos. La diferencia es que los primeros no han aprendido a manejar sus emociones. Ésta es una meta en el desarrollo emocional, y hasta que tu hijo llegue a esta etapa, sus sentimientos son como un tren fuera de control. 

 

Abrazar a tus hijos en estos momentos de arrebatos emocionales intensos los calmará, les enseñará que estás ahí para apoyarlos durante tiempos difíciles, y los ayudará a evitar una crisis afectiva.

4. ABRAZAR HACE A LOS NIÑOS MÁS RESILIENTES

Durante momentos de estrés y aflicción, la adrenalina y el cortisol se liberan al cuerpo y cerebro. Debido a que los niños no han aprendido a controlar sus emociones, el estrés puede permanecer en su cuerpo y alcanzar niveles tóxicos. Cuando esto sucede, estas hormonas pueden afectar la salud de un niño tanto mental como físicamente.   

 

Estudios demuestran que la exposición a altos niveles de hormonas del estrés puede también provocar consecuencias negativas en la adultez, como el aumento del riesgo de enfermedades físicas, al igual que depresión y otras condiciones adversas.

 

Los abrazos desencadenan la producción de oxitocina, reduciendo los niveles de hormonas del estrés, lo que disminuye estos efectos negativos y ayuda a los niños a fortalecer su resiliencia

5. ABRAZAR AYUDA A CREAR VÍNCULOS AFECTIVOS CON TU HIJO

Además de los beneficios científicos para tu hijo, cuando lo abrazas también se crea un vínculo más fuerte contigo. Los abrazos mejoran la confianza, reducen el miedo y fortalecen las relaciones. Y esto es un beneficio mutuo. Entregar y recibir afecto físico es bueno para ti y tu hijo.  

 

Desde la primera vez que cargas a tu hijo, creas un lazo especial que necesita cultivarse durante la niñez. A medida que tu hijo crece, este vínculo evolucionará, pero la necesidad de sentir tu tierna caricia nunca desaparecerá.  

 

Un último punto: No debería ser necesario decirlo, pero los beneficios nombrados son el resultado de abrazos deseados. Por supuesto, también queremos enfatizar la importancia de la autonomía corporal. Enseñar a los niños como rechazar cortésmente los abrazos y lidiar con la posible consecuencia incómoda de esto es otra buena lección.   

 

Así que la próxima vez que abraces a tu hijo, con su consentimiento, recuerda que también estás haciendo grandes cosas por su salud física y mental. 

 

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